Y mientras cada quien estaba en su mundo queriendo negar lo hipócrita que era, el Señor escogió a un acólito y lo hizo trabajar bajo sus extraños designios.
El acólito balanceó divinamente una candela por los aires hasta llegar a la túnica del Padre, y el Padre se prendió en fuego.
Entonces cuando todos volvieron a alzar sus rostros vieron el milagro del Señor: el fuego del Espíritu al fin había llegado, posándose sobre el Padre, para perdonarles sus pecados.
Y fueron las señoras las primeras en correr hacia el Padre para ungirse del Espíritu, llevaron el fuego a sus familias usando su propio cuerpo.
Los esposos abrazaban a sus esposas, los hijos abrazaban a sus padres, las familias abrazaban a las familias que tenían alrededor. Al final ya nadie se podía abrazar con nadie más porque todos estaban abrazados como pueblo. Definitivamente el fuego del Espíritu había descendido sobre ellos.
-Veni, Sancte Spiritus-cantaban a coro, sin siquiera notar que el fuego divino del nuevo Pentecostés los estaba inmolando dolorosamente-.
***
*Otra vez, mientras estaba en misa, comencé a pensar pendejadas.
Y lo otro, que dijeron durante la homilía, "Que Dios ilumine la mente del nuevo Presidente electo para que éste pueda manejar a la Nación por un camino correcto".
Dudo que Dios ilumine a los presidentes de cada nación en su accionar o que Dios se meta en política porque la política de Dios es simple: libre albedrío.
¿Y usted qué piensa?
Dudo que Dios ilumine a los presidentes de cada nación en su accionar o que Dios se meta en política porque la política de Dios es simple: libre albedrío.
¿Y usted qué piensa?
4 comentarios:
Diosanto, el Nadie y vos con sus ataques juju
Bueno, hay que reconocer que si no fuera por la religión estos textos no existirían :(
¡Pero vale verga!
Ambos dos, son unos cucavergas. Y el mío nadie lo entendió. Buuuuuuu.
Nos vemos el martes.
Me quedo con lo de: libre albedrío.
Parece que pasa entretenido en misa, Sr. Ramos,¡jaja!
Agradezco el entretenimiento "gratis" consecuencia de la lectura de sus entradas.
Paz.
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