jueves, 28 de mayo de 2009

La gravedad (de) y los problemas

Los problemas le llegan a uno de uno en uno o en manada o en cuartetos, aparecen cuando uno va en el carro o caminando, cuando se está en el baño o a la hora del almuerzo. Los problemas son unos hijos de puta bien hechos.

Son pocos los amigos que tengo y que conocen la mayoría de mis problemas. Yo sé que los aburro, que los enojo, que los decepciono y que los alegro, de vez en cuando, porque tengo la suficiente confianza para decirles lo que me pasa. A veces me quedo callado y no digo nada, es mejor quedarse callado cuando no se va a hacer nada con ellos.

Entonces uno llega a la conclusión de que hacer de los problemas algo predecible es malo, y que hacerlos crónicos es mucho peor.

Los problemas caen mal y uno, al final, termina cayendo mal con tanto problema. La gracia de los problemas son superarlos, pasarlos, pintarlos, reírse de ellos, sacarles el dedo, ultrajarlos, no pasar dando lástima con ellos.

Y cuando uno no pasa del mismo cuento, uno pasa a ser el hijo de puta bien hecho.

Es por eso que yo trato de poner cara alegre, de encontrar cualquier mierda que me entretenga para no andar por la vida con ánimos tristes-lastimosos. Las poquitas cosas que tengo me hacen feliz y hacen que me olvide de mis problemas y que me ría de ellos y que les saque el dedo.

Dios nos guarde del día en que la gravedad de los problemas sea tan grande como para dejarnos confinados a no movernos del mismo lugar; Dios bendiga a Newton por calcular que la gravedad en toda la tierra es la misma, y que, por lo visto, podemos movernos con cuanto problema tengamos a cualquier parte.

¿Y usted qué opina?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que quizá ya estes aprendiendo a ver o a pensar. No se. Puede ser...
La verdad esque te voy a regalar un monton de vasos de colores, unos bien bonitos que si se caen no se quiebran. Te urgen.
Cuando la taza está tan rota que no podés tomar agua, quiere decir que ya no sirve... Es mejor usar tus propias manos o en todo caso aceptar un buen vaso de un amigo.

Anónimo dijo...

Que Dios bendice y, quizás más, a los valientes...
De frente, Sr. Ramos, Dele.

Pásela bien, saludos.