Y a mí no me gustan las despedidas, no me gustan las cosas que terminan, no me gustan las conversaciones que se acaban. A mí me gusta dejar una cuñita en la puerta para que al primer empujón se vuelva a abrir, para empezar a hablar otra vez, para mierdas así pues. De verdad que no me gustan las despedidas, sobre todo porque despedirse significa terminar algo, y terminar algo al final se traduce en empezar algo nuevo, y los comienzos son díficiles, y yo me pierdo en los comienzos y soy como esas cosas que se caen a cada rato, como cualquier lapicero en una mesa.
Y ahorita quisiera leer todas las entradas que este blog tenía, pero borré más de cien y me da cosa. Sé que esta mierda casi siempre carecía de sentido, pero chís, uno quiere a sus hijos a pesar de que sean feítos, y ahora que estoy a punto de dejar esta catarsis tan necesaria no puedo dejar de sentir nostalgia.
Y tenía pensado hacer un entrada grande, pero siempre que pienso en hacer cosas grandes me entra paniqueo y las palabras se me van. Mejor no arriesgarme a perder la costumbre.
Y ya en sí, esto es más o menos como todo terminó.
... like some magnificant skyline, out of my reach but always in my eyeline now♫
Y sí, Pinkpop 2009 tiene algo de culpa.
Y sí, soy creyente, otra vez.
Y sí, adiós. Fin.